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218 “7 De la Confesion' españoles, pues en llegando á este punto de toros; serán muy pocos los queno lo sean, arrastrándose de esta desenfrenada pasion , que es empleo de gentiles, y no libre de muchas culpas, de que deben hacer escrúpulo y exá- men para la Confesion. Oyendo esto, me preguntará alguno : ¿Pues quées pecado? Respondo con distincion: hay ver correr los toros: hay fomentar y ser cau- sa de que haya: toros; y hay torearlos, po- niéndosen ese riesgo y temeridad, $ á pic ó á: caballo. Pues digo ahora: lo primero, que mote daré por pecado el que vayas á ver las eorridas de toros, así como: no peca el que habiendo en la calle ó en una plaza una pen dencia, en que muchos se yeren ó matan , se asoma á verlo, sin mas que aquella curiosidad; pero lo acertado es no ir á verlos. Digo lo segundo , - que los que los fomentan, 6 son motores y causa de que haya toros , por consiguiente son tambiep mucha parte de cau- sa, y aun culpa de los excesos tan notorios que en tales funciones se cometen : Como's0n, gastos superfluos en vestidos, comilonas , re- frescos, convites de otros lugares, alquileres de balcones, y otras pérdidas y vanidades, em- peñándose muchos para esto , y gastando lo que no tienen por no ser ménos que otros. Sí- guense á lo dicho muchas riñas , inquietudes, quejas, enojos , y aun odios que resultan. Y sobre todo, las insolencias y torpezas en ta- blados y plazas , estando mezelados hombres
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