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Es id ia ¿dr e 0 E el ip AN A UN o 202 De la Confesion E) primero es, que los que enteramente vi» vieren: segun su profesion, serán hechos ale= gres moradas de Dios, y contormes á Christo, así en sus almas, como en sus cuerpos, y se= rán en todo regidos por el Espíritu de Christo, El segundo es, que tendrán de Dios en este destierro de peregrinacion, defensa singular, y ámparo de las tentaciones y lazos de los enemigos , y de las caidas mortales. El tercero es, que volarán bienaventuradamente por el purgatorio,. sin impedimento ni detencion de las penas, y se irán al reyno de Dios, porque de acá van ya purgados y limpios para ver á Dios. «El quarto es, que guardaado fielmente su regla, alcanzarán en los cielos asientos en- tre los perfectos discípulos de Christo. (Chro- nic. antig. 1. part. l.10.c. 26.) Pero tambien diremos para el temor lo que reveló por sí mismo nuestro Señor Jesuchristo al Santo Padre, apareciéndosele en el monte Alverna, y fué: Que el Frayle que en esta órden perseverare en mal, no pasará mucho tiempo que no se salga de la órden, ó en ella sea confundido. ( Lib. 10, cap. 35.) Las Religiosas deben en su modo advertir y pesar esta doctrina como los Religiosos, pues tambien” están obligadas 4 caminar á la perfeccion” por aquellos medios que tienen en su estado. Y par« que teman, oigan este -es- pantoso caso 6 revelacion. El Venerable Fran- eiscó-de Yepes , varon muy favorecido de Dios, estaba encomendando á su Magestad las