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198 De la Confesion predicaciónes y medios son santos y buenos; pero suele á veces ser guerra galana. Los Mi- sioneros zelosos son los coadjutores, ó «omo Visitadores mas importantes de los: señgres Obispos. Y suele haber ménos de loque mu- chos imaginan , porque el empleo ( si se hace como se debe ) es mas penoso, y aún peligroso, de lo que se piensa. En Jas visitas: suelen ig= norarse de quatro parte las tres; pero en las Misiones , todo se descubre, y es como el ojo general: y allí, fortitér et suavitér , obra la di- vina gracia, lo que no puede, ni la amenaza ni la excomunion. Y si acaso se llega, el que los señores Obis- pos les repartan libritos á propósito, es lazo fuerte, y medio admirable para que persevere el fruto. De uno y otro dexó á todos exemplo admirable mi Venerable Señor, exemplo de Obispos , el Señor Don Josef de Barcia , Obis- de Cádiz, que allí fundó 4 sus expensas una tua en los religiosísimos y'sa pien- tísimos es Dominicos, y para el Arzobis- pado de Granada, y obispado de Málaga, su patria, fundó otras dos; como tambien repar- tia muchos y varios libritos devotos á-sus ove- Jas 5 y con esto es mas permanente en sa lu- gar la doctrina. Y así solia decir: Lo que es predica se olvida presto; pero lo que:se impri- me persevera, Yo, aunque soy el mas ignorante, y por tal me conozco y “me: conocen , “puedo. ase- gurar he tenido algunas experiencias del mo-

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