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188 De la Confesion > en ella los principales del lugar , tiene.maravi= losos efectos , pues allí oyen y leen: lo que qui- zá en su casa no tendrán en todo el año. Y los padres procuran llevar á sus hijos, y el amigo á su amigo. Y aunque no se practique con to» da aquella formalidad y complemento que en las cortes y ciudades, no obstante se puede fa> cilitar ena mucha parte, quando ayuda el buen zelo. Si no se puede conseguir esto , por ser cortos los pueblos, 4 lo 45. no hay excusa para tener por las tardes de los domingos y fiestas en las Iglesias una media hora de leccion devota, al modo que se practica en las Igle- sias y Oratorios de Felipe Neri: los libros á propósito son: Estela de la vanidad del mun- do, la Exhortacion de los mandamientos del P. Alamin , Aprecio de la gracia, la Y. Ma- dre de Agreda, ó la Vida de un Santo 6 Mis- terio del dia, €fc. Y leerles tambien algu» na breve meditacion por el libro de Villacas- tin, 6 el Venerable Puente , imponiéndoles en que aunque sea por medio quarto de hora, me- diten sobre aquel misterio, que Dios les ense- fñará tambien; y habiendo esta santa diversion, yo aseguro (como lo ha enseñado la experien- cia en algunos pueblos) que irán muchos , me» jor quejrse 4 jugar; aunque puede disponerse de modo que les queúe tiempo para una ho- nesta recreacion ó juego. Esta es una sagrada inventiva, con que los señores Curas, fortitér, et suavitér, pueden remediar muchos abusos, y quitar pecados, juegos indecentes, bayles y