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y Comunión. Trat. IIP. 185 pues en qualquiera lugar se hallan muchas per- sonas bien inclinadas de todos estádos-, que indiferentemente y sin repugnancia se cenfe- sarán con su Cura ,. como con otro qualquiera si tienen ocasion, y le hallan para esto pronto, acomodándose (pridencialmente) en quanto pueda á la necesidad y buenos deseos de sus ovejas, privándose de su conveniencia corpo- ral, madrugando y dándoles confianza. ' Pero si la pobre casada , ó flaca de estóniago , 6 em- barazada, 6 achacosa; la doncella 6 ama que sirve; y la otra que acaso dexa sus niños en la cama, y con otras incumbencias de casa;y tam- bien algunos hombres bien inclinados, así amos como eriados, que no pueden aguardar á muy tarde, madrugan para ir á la Iglesia á confesar á las seis Ó siete ú ocho del dia , que es quando tienen oportumidad, y el señor Cura, aunque sea en un dia festivo, no va á la Iglesia hasta las nueve ó diez del dia, á título de que ha de decir Misa tarde , á que desaynda el que el Sa- cristan con este seguro suele tambien descui- darse en abrir la puerta, y quando mas, se sienta ¿ y confiesa un rato: y otras veces, aun- que haya algun Confesor que supla , los seño- res Curas y Sacerdotes no quieren darles la Co- munion hasta el fiú de la Misa mayor , que sue- le ser bien tarde: ¿Cómo han de conseguir es- tas pobres almas el logro de sus buenos descos? Si el Confesor zeloso que viene de fuera cla- ma sobre esto, Ó:se levanta 4 dar la Comu- nion*compadecido ( y mas si es tiempo de Mi- o o a E ES