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y Comunion. Trat. TIT. anque esto no hemos de dudar, puede ser posible, pere es dificultosísimio de creer. Y esto suele ser ardid del diablo, para que vien- do otros que á tal vida, deudas, trampas, “des- barato y vanidades; corresponde salyacion; vi- van siu temor, y.con falsa paz- esperanzados. Una cosa buena hacen en la muerte los Sero- ' res (si €s que da lugar la-apoplegía , ú otro ac- cidente. mortal repentino , de qué muchos no vuelven ) si ella tuviera el debido. efecto; esta es hacer su testamento , en el qual ponen aque- lla cláusula suplicatoria , que los Escribanos saben pintar muy. bien; y:es así: liem,. que no lleva mi.alma otro consuelo al otro mundo, sino" es que mi-amado hijo, en quien confio, ha de cumplir este mi testamento, €Pe. Peró lo que comunmente sucede es, que muere el padres y-entra el amado hijo con grandes ace= ros ú coger el estado, que halla muy empe- ñado, y trata de poner su tren con ostenta- ciun, y el testamento del amado padre, mi- sas , acreedores y deudas se quedan como se estaban, si noes que las aumenta de nuevo. Y de esta suerte se vam unos á otros sucedien= do, imitando y siguiendo como las ovejas. Y - quiera Dios no les suceda lo que dice David£ Sicut oves in inferno positi sunt. Al modo que aquellos siete Condes , que se condenáron su- eesivamente , como refiere Parra, Luz de Ver= dades Católicas. Esto sucederá en algunos, pero no en todos, Lean la doctrina del Lrat, 11. Cap, 1IL. de este Libro. - M