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176 De la Confesion son“ loss Secretarios , Contadores , Mayordo- mos y otros , aconsejándoles ó. yéndoles a la mano ( No hablo ahora de los Confesores , si es que los hay ; y digolo así porque suele ele- girse*uno. para hacer Confesiones y Comunio- nes , 6 le hay por punto , por bien parecer, ó por razon de estado; y otros para. tiempos precisos. Esto se dice en comun., por si. hay alguno á quien le tocare. ).. Pero si. los tales criados mayores solo miran á contemplar y li- songear al Señor , aunque le vean precipitar- se , mas merecen llamarse arrimados que alle- gados ; y tambien irán á la parte en estos da- ños. En esto son infelices en vida los grandes Señores , pues apénas hay quien se atreva á irles a la mano. Y tambien muchos lo son en la muerte ó enfermedad que le precede, pues todos los lisonjean , y procuran por lo comun persuadirles á que la muerte no habla con ellos. , aunándose para esto así. médicos como domésticos , que en tales lances son sus ma-= yores enemigos , como dice. Christo muestro Señor : Inimici hominis domestici .ejus. Y así por esta lisonja mueren algunos sin Sacramen- tos , O si los reciben es quizá sin conocimien- to ni fruto. Y en fin , suele suceder que ha- biendo tenido algunos vida no muy ajustada, con todo eso hay quien los haga felicísimos ya difuntos ¿ pues nunca falta una vieja 6 beata que sale con que tuvo revelacion de que el Señor Ú rico poderoso se salvó , lo qual no se ve se diga de la otra pobrecita virtuosa. Y

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