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168 De la Confesion Algunas veces suele haber quatro 6 seis dom= cellas en casa, y ni ellas ni la madre saben leer , con que se privan de la leccion de un devoto libro, y estan llenas de ignorancias en sí, y en criados y criadas , y ni saben prepararse para el dia de Comunion , ni otras obligacio- nes. Pero cuidado las que saben leer, que hu- yan como de peste de libros de comedias y otras lecciones vanas , qué son seminario de va- nos é inútiles pensamientos, y muy agenos de la pureza de una doncella. Cosa es abominable, y aun vergonzosa, que una doncella ( y lo mis- mo se puede decir de la casada ) esté muy pro- veida de libros de tomedias y otros profanos, ostentando que sabe los títulos y lances, y lle- nando su imaginacion de multitud de boberías y ficciones ; y todo viene ¿ parar en que las tales son poco devotas de confesar y comul- gar, y de buenos libros. Algunos padres suelen aferrarse en que sus hijas no han de aprender á leer ni escribir, por- que dicen que con eso se excusa el que eseri- ban papeles 4 sus pretendientes , dec. y así es- tan muy satisfechos de que con esto está todo temediado; pero debieran considerar que esta falta la allana con facilidad una tercera ó alca- hueta , que se introduce en, casa con título de que viene á ayudar ó servir en las hatiendas comunes: hácese amiga de la inocente donce- Jlita : lleva y trae sus recados , y también sabe fingirlos , para engañarla , sonsacarla , y chu- parla quanto pueden para sí , y quizá para el