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136 De la Confesion es, COR presteza: porque si te estás detenien= do en ellas con alguna advertencia , y andas en esto con floxedad y remision , corres gran peligro de quemarte con el consentimiento de la culpa. , CAPITULO IX. Dudas de los que son, combatidos de Juicios temerarios, y su remedio. Hay mocos persas que o en sus próximos alguna operacion mala , ó tienen indicios vehementes de que es- tan en mal estado, ó dan que decir en el lugar ó en la vecindad , y oyen deellos cosas no muy ajustadas , son combatidas de ocurren= cias y pensamientos , y sienten en sí como inclinacion 4 hacer malos juicios de aquellas personas , y les parece que pecan , porque qui= sieran en todo juzgar bien de ellas ; pero no pueden , porque los indicios , y lo que expe- Timentan les obliga á lo contrario; y esto les causa mucha pena. A todas estas personas digo lo mismo que queda referido de los demas pensamientos; es- 10 es , que no hay consentimiento donde falta la voluntad. Demas de esto , Si una cosa Ó 20» cion se ve en el próximo que es claramen- te mala, es disparate quererse persuadir á que es buena , ni nadie pecará por esto ; pe- ro. es verdad que la caridad pide que nos com- padezcamos de nuestros próximos , queriendo