BCCPAM000539-3-27000000000000

124 De la Confesion ó tener rencores ó juicios temerarios contra su próximo , dc. Estos escrápulos son como los de los Escribas y Fariseos , que escrapulizaban entrar en la:audiencia de Pilatos , y no hacian escrúpulo de andar solicitando y maquinando con falsos testigos , enredos y mortal ódio y envidia la muerte de Jesuchristo: con que está no es ser escrupulosos , sino tener las concien= cias muy enfermas y desconcertadas. Y así , el que se reconociere de esta calidad , trate de limpiar su conciencia con una buena Confe- sion ,-ó particular $ general, y no se quiera meter en la clase de los verdaderamente escru= pulosos sin serlo, y apropiarse las reglas y pri- vilegios que no les tocan. Finalmente, para dar una medicina y reme- dio universal que convenga , no solo á los yer= daderamente escrupulosos , sino á los que en algo lo son , y á los que falsamente se presu men-por tales (y aun á todos los que se com- fiesan) repito la regla que ya otras veces he expresado; y es, que estén muy sujetos , obe- dientes y rendidos al dictámen de los Confe- sores en las cosas de su conciencia , con los quales deben tratar gran verdad y sinceridad. Esta regla es tan segura para todo género de personas (en qualquier estado, sean ó no sean escrupulosas , doctas $ ignorantes ,- virtuosas, ó-muy sabias , y aunque tuvieran la sabiduría. de Salomon , la teología de Santo Tomas, y la inteligencia y valor de San Agustin), gue quien Lo practicare seguro ticne el acierto. Y si me

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz