BCCPAM000539-3-27000000000000

Me A 122 De la Confesion vido,-6 para humillar á la criatura, ó para pu- rificarla Ú disponerla 4 una excelente virtud y santidad. El escrupuloso en todo anda con no- table angustia de ánimo , y en casi todo juzga Ó teme que peca (y especialmente padecen este trabajo en punto de Confesiones y Comu- niones ), y por esto se les pueden aplicar dis= tintas doctrinas que Í otras almas ; y los-Auto= res y Maestros espirituales les conceden gran- des privilegios para aliviarles d quitarles su tra- bajo. Uno es que si no pueden afirmar con ju- ramento quelo que les ocurre es pecado mor- tal ; y afirmar tambien con segundo juramento que no lo han confesado, no. están obligados á decirlo, y:aun á veces tienen obligacion á obrar contra el mismo eserúpulo, Quien pade- cierc este trabajo , tóme y observe inviolable» mente esta regla segurísima , si no quiere po- nerse á riesgo de perder el juicio, y-aun;el alma, y es, que obedezca con tal rendimien- to-4su Confesor en quanto le mandare. No hay , ni-es posible.hallar otra regla mas segura y eficaz para tales personas que son verdade- ramente eserapulosas. Y quien no la observare, será martillo 6-martirio de Confesores, y tam- bien será perdimiento de tiempo aconsejarles nada. Por-eso decia el Venerable, lustrísimo y Santo Obispo de Cádiz el Señor Don Joseph de Barcia en llegando á este punto: Alveseru- puloso ó escrupulosa que. no se rinda á lo que manda el Confesor , enviarle á pasear como cosa perdida. Admirable regla- y sentencia de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz