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—490— la verdad, sa¢erdote eterno que ora por ella, victima de pro- piciacion que la santifica y derrama:suavisimo olor de virtud y santidad, ;de quién dependera la Iglesia? ;De*los hombres? {de los poderes mundanos? ; de los emperadores y reyes ?, { de los senadores y las reptblicas ? La Iglesia tiene su vida, su existencia y su alimento de Dios , y solo de él depende. Y {a quién temera la Iglesia? Niial mundo, ni al infierno, ni a lo pre- sénte, nia lo futuro; ni 4 criatura alguna; porque nadie la po- dra separar de la caridad de Cristo que es todo para ‘ella. Y i qué es la Iglesia para nosotros? sf «Dos cosas, dice San Ambrosio ‘, insinud Dios a Moisés, El lugar donde estas, es tierra santa: y ademas: tu estate aqui conmigo: es decir, ti estas conmigo, si estas en la Iglesia. Porque ese lugar es santo , esa tierra es fecunda en santidad y la mejor por las mieses de las virtudes. Estate, pues, en la Iglesia: estate donde ‘te apareci; pues alli estoy-yo contigo, Donde esta la Iglesia, alli esta la estacion segurisima de tu mente: alli esta el cimiento de tu alma , donde te apareci desde la zarza.» Asi representa 4 Dios San Ambrosio, hablando a Moisés , y en él & todos los catdlicos. La Iglesia es para él Ja tierra santa, donde no hay contaminacion de pecado ; es la zar- za que arde siempre, sin que se consuma el alimento de su luz: es el arca de la ley , que encierra los mandamientos de Dios y el mana que alimenta el alma, y la da fuerza y vigor para obser- varlos: es, por fin , el arca de Noé , donde'se salvan los hom- bres del diluvio del pecado. En vano se debatiran el cerebro los que pretenden vowar en otra nave por el mar tempestuoso de la vida presente: Lae de esa arca no hay salvacion, \ Rpist. 82. FIN DE ESTE TOMO Y DE LA OBRA. Meet 2ttpa eet