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(i)is CONCLUSION. ° y ae Todo hombre que quiera reflexionar sobre la mutacion con- tinua que se nota en cuanto pertenece al érdew civil de los impe- rios, 4 los mismos imperios y a los acontecimientos humanos, ha de aprender necesariamente una leccion, y es , el saber que todo ménos Dios esta sujeto & mutabitidad. Solo Dios es inmutable por esenciay naturaleza. Pero, quien reflexione sériamente so- bre lo que ha ocurrido con la Iglesia catélica desde su fundacion hasta la época actaal, una de las mas azarosas que ha visto e) mundo, aun dado caso que no tenga fe, nisea mas que simple- mente un fildsofo, tiene que confesar que hay en esa Iglesia algo que es mas que humano'y que eb: Todopoderoso mira con un carifio singular esa congregacion, y vigila por su incolumidad, mejor que un padre por la vida de su hijo. Esto, alo ménos, ha de deducir cualquiera que examine con animo sereno¢ imparcial lo que s la Iglesia catdlica'en su estabilidad yen la inmutabili- dad de su doctrina. Dos: son los: cuadros: que*se presentan al observador de los acontecimientos humanos: el primero es el de-los errores y he- regias que ha habido desde que Jesucristo subié a los cielos , de- jandoa su Iglesia el mandato de guardar fielmente cuanto-él ha- bia ensefiado, y asegurandola que estaria siempre con ella hasta la consumacion de los siglos : el segundo es el de Ja verdad, que ha permanecido en la misma integridad con que se dejé ver, desde que el Hijo de Dios aparecié entre los hombres. ; Qué es lo que se observa en el primer cuadro?: Una variedad no. inter- rumpida, una instabilidad permanente, que afecta la naturaleza del error, pues es siempre la misma, demostrando en ello que el autor de esos errores es el hombre, el hombre que jamas per- manece en el mismo estado. Y, , qué es lo que.se ve en el segun-