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fone a oo en un solo hombre, pace poder cortarle la seen de un ha- chazo. Hay hombres ilusos que no quieren ani que el libera- lismo cause malesa la sociedad ; pero proviene ese error, ora de que han respirado el primer aliento en la atmdsfera que el mismo liberalismo ha formado, ora de que no han examinado que, en primer lugar, las teorias liberales no son buenas, ni practicables, para hombres que tienen vicios y pasiones: y en segundo, no comprenden, que encierran un veneno muy disi- mulado, como que el liberalismo es una especie de quinta esencia de} protestantismo y del jansenismo. Es seguro que entre los catdlicos, ninguno que Jo sea en verdad, permitira que lo llamen protestante : y entre ciento, quizas uno hubiera sufrido hace cien afios que lo tachasen de jansenista : pero una y otra secta se han refundido, y hoy dia los hay 4 millares que se llaman catdlico-liberales. Tan astula como todo eso es la indole del mal. Sin embargo, no es precisamente el protestantismo ni el jansenismo, sino el liberalismo, quien esta hoy dia destruyen- do el magisterio que nuestro Sefior Jesucristo establecié y la Iglesia catélica instituyé en la sociedad. Y en efecto, 2 no es el liberalismo el que ha dado a las universidades la filosofia ale- mana que destruye las nociones de Dios y de toda verdad? iNo es él, quien se ha atrevido 4 despojar 4 la paternidad natural de los derechos que tiene sobre su hijo para edu- carlo? ;Noes él, quien ha introducido la ensefianza obliga- toria, intentando llevar por fuerza 4 los nifios 4 unas escue- las, donde ha ordenado que no se shable de Dios, ni se enseiie nada de religion? Todos estos hechos son contemporaneos, y nadie puede ne- garlos. El liberalismo entraiia la destruccion de todos los prin- cipios constitulivos de la familia y dela sociedad, y él es el que ha introducido el desdrden en el matrimonio, en la edu-

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