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~ nhl ame ~ Se Cristo y la Iglesia son los dos objetos de comparacion, y por consiguiente, no pueden darse cosas mas puras, y mas santas, y mas significalivas: Las mugeres, dice, estén sujetas a sus maridos , como al Senor. Porque el marido es cabeza de la muger; como Cristo es cabeza de la Iglesia. Y ast como la Iglesia esta sujeta a Cristo, asi lo estén las mugeres a sus maridos en todo *. Hay wn pensamiento: profundisimo en esta alegoria del Apdstol , que es justo conocer. {ual es la gloria mayor de Cristo? El ser el resplandor de la de su Padre, y la figura de su sustancia; el haberse adquirido con su sangre una Iglesia para esposa, que no tiene mancha, ni arruga, ni cosa alguna que la afee, ala cual nutre y calienta con su gracia y su proteccion. Y, {cual es la mayor gloria de esta esposa? El estar sujeta’a su esposo, obedeciéndole ciegamente, siguien- do sus mandatos sin fallar en un apice, y reclinandose conom- nimoda confianza‘en el brazo de aquel a quien agrada en todo. Pues bien, el Apéstolodice, hablando de lo que son el marido y la muger: E/ varon es la patie y gloria de Dios: na mu- ger es la gloria del varon*®. 0% No hay para qué investigar la causa porqué es” la. mugeroc ec del varon, pues basta saber que, como el mismo Apds- tol dice, la muger fué hecha del hombre, no el hombre de la muger *, y que no fué hecho el hombre por causa de la muger, sino la muger por causa del hombre. Pero, entre tanto, el Apdéstol raciocina diciendo: ni el varon sinla muger, ni la muger sin el varon en el Senor: de lo cual se deduce, cuan perfecta es la unidad de voluntad y euan estrecho el vinculo que lia de unir sus’ corazones. Asi, al hablar del amor que los cényuges’se han de tener, no les propone por modelo, sino a Cristo y a sw Iglesia: Vive ésla sujeta a Cristo ; pero esa suje- ‘ Ephes. cap. V. v. 22, 23. * 4." Cor. cap. XI. v. 7. * Id. cap. V. v. 24. + 4." Cor..cap. XI) vi 8) °.!
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