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— 429 — integridad. Para hacerlo, no solo lo elevé a la dignidad de sa~ cramento, a fin de que con mas propiedad representase lo que prefiguré desde que fué instituido en el paraiso, sino tambien despojandolo de las libertades que él mismo le habia concedido despues de laépoca del diluvio, y tambien de algunas licencias que Jos hombres habian introducido para dar mayores riendas a su concupiscencia. Era ya el matrimonio, como dicen los Santos Padres, y con ellos Santo Tomas ‘, la figura de la union de la naturaleza divina 4 la humana en la encarnacion, cuya union habia de ser perpétua ¢ indisoluble, asi como la formacion de Eva de una de las costillas de Adan dormido, era la figura de la Iglesia que habia de salir del costado del nuevo Adan, muer- to y como dormido en el lefio de la Gruz; y por esa razon, hav blando el Apdstol del matrimonio elevado 4 sacramento, lo llama grande, pero grande por su significacion, en Cristo y en la Igle- sia*. ,Es, por tanlo, extraiio que Jesucristo hablase con tanta claridad sobre una institucion, que es el principio conservadory propagador del linaje humano? Hablé, y hablé como legislador que restiluye 4 una ley todo su imperio, y como Maestro que la explica en lodas sus partes, Sus mismos émulos, 4 quienes una ley mal enténdida y peor interpretada, presentaba ocasion para dar por motivos frivo- los un libelo de repudio a la muger que no les agradaba, die— ron ocasion a que Jesus explicase extensamente esta materia , Para contestar victoriosamente-4 una pregunta insidiosa , por la cual aparentaron que querian saber, si el hombre puede dejar a su muger por cualquier molivo, el Redentor no tuvo que ha- cer mas que presentarles la ley. ; No habeis leido, les dijo, que el que hizo al hombre al principio, hizo varon y hembra, y dijo: por eso dejard el hombre padre y madre, y se ayuntard 4 su muger, y serdn dos en una carne? Asi que, ya no son 4 4p. q. 92, a. 2, * Ephes. cap. Vill. v. 32.