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=e ° der para santificarla, para gobernarlay para defenderla. Jesu- cristo esta unido a su Iglesia, no solo como la cabeza que orde- na y dirige los movimientos de todos los miembros, sino tam-— bien como el esposo se une con su esposa. No puede concebir- se que la Iglesia sea un cuerpo mistico, sin que se suponga que ese cuerpo esta vivificado por el ‘alma, que vive en él. Quién es, pues, el alma de este cuerpo? Esel mismo Cristo, no porque su propia alma y su cuerpo santisimo estén unidos fisi- camente 4 la congregacion de los santos y 4 cada uno de estos, sino porque é] es el que da 4 todas las almas la gracia interior, con que los justos se unen con Dios , los cuales llevan una vida sobrenatural y casi divina, con la cual producen frutos de vida eterna. Es decir, queen la Iglesia, que es el cuerpo mistico de Cristo, y su esposa, hay una parte nobilisima que. es - alma de este cuerpo y de esta esposa. Si dijéramos que, en un sentido mistico, hay en esta alma algo parecido a la nuestra, es decir, la parte superior que diri- ge, y la inferior 6 sensitiva, que es dirigida y se conforma en sus deseos y aspiraciones con la razon que esclarece, dicta y- dirige las acciones, nada diriamos que desdijese de la verdad de las cosas, segun e! modo como Jesucristo fundd-su Iglesia. Es él el alma de esta Iglesia, pues como sol de justicia la esta iluminando siempre con su gracia y su sabiduria, y su santidad infinita, no pudiendo aquella vivir sin él, que es el elemento divino, que la dirige, la anima y la sostiene. Pero despues se presenta, por decirlo asf, el elemento humano de esta alma; lo dirémos por analogia, viene la parte inferior, la sensitiva: vie- nen todos los que corresponden 4 esa iluminacion de la gracia de Cristo, y estan unidos a é] por la caridad y hacen obras de vida eterna, resultando de ahi que el cuerpo mistico de Cristo esté siempre animado de los mismos sentimientos que tiene el que es su cabeza y su esposo, influyendo éste, y recibiendo las almas sus influencias; de modo que, cuantos justos viven

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