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aa — 409— audi y puede reverdecerse ésta y volver a ser lozana gore: sa. Entre tanto, ese miembro se cuenta entre los demas en la vida exterior , tomando parte en la profesion publica de la fe, en el culto del Sefory y en las demas obras santas de la Iglesia. Pero .cuando llega ese miembro 4 quedar enteramente muerto, y a volverse podrido, hasta el extremo de tenerlo que cortar? El mismo Jesucristo nos lo dice: cuando se ha levantado contra la autoridad de la Iglesia, cuando ha perdido la fe y la esperan- za: enténces, dice el Salvador, ha de ser reputado por un pa- gano, por un publicano , como si no’ hubiese entrado en la Igle- sia, pues ha perdido cuanto se le habia dado; ha perdido la caridad por el pecado, la fe por la apostasia, y la esperanza por haber renunciado a vivir en consorcio con Dios en la vida interior de la gracia; y con su Iglesia, de cuya capes se ha separado, y 4 cuyos sacramentos ha renunciado.© . Era. una consecuencia natural de la Gecnideisl del llijo de-Dios la visibilidad de la Iglesia que habia de fundar con su sangre; pues hecho visible en nuestra naturaleza, como dice San Leon ‘,-el que era invisible en la suya, y siendo-el objeto de su venida el disipar las tinieblas del error con Ja luz de su verdad; para que el hombre recuperase su dignidad natural, que consiste, dice el mismo*, en que aquel imite en sus obras a su Criador, era ademas consecuente que su Iglesia no solo fuese visible sino perpélua. De este modo serian permanentes las gracias, permanentes los medios de obtenerlas , permanente su doctrina, permanente su magisterio, y permanente tambien. _ la vida interior de las alinas, y visible y palpable esta vida in- terior por medio de sus efectos en la vida exterior, en la cual seria reconocida la Iglesia como la hija del rey llena de gloria interior, pero rodeada en lo exterior de mil y mil variedades de virtudes ; virtudes todas de oro, porque todas traerian su ori- ' Serm, Il, de Nativitat, - * De Jejun, X. mens.