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tN is Se echade ver, por lo tanto, con cuanta razon el Apéstol afirma que, ¢s imposible agradar 4 Dios sin la fe *: queel justo vive de la fe,ry que el que se separare de ella, no agra- dard al Senor *: Todas las almas de todas las épocas, que han vivido en amistad y consorcio con Dios, han sido hermanas en la misma fe, compaieras en la misma esperanza, y como una misma cosa en el vinculo de Ja misma’ caridad, y todas eran miembros de un mismo cuerpo mistico, que era la Iglesia, que Cristo habia de fundar y que ha fundado: de modo, que Cristo es el punto céntrico que reune en si cuantos hombres han crei- do en Dios desde el principio, y 4 cuantos creeran hasta el fin. ‘ Descibrese en esto el primer constitutive de la perfeccion ainalele, que ‘es la unidad. El Hijo de Dios, que debia venir ala tierra arestaurar los males causados por la culpa original, era el centro de las aspiraciones sanlas de cuantos juslos vivie- — ron en el largo espacio de cuatro mil afios: creian en él los patriarcas ; veian’sus gloriosas hazaiias los profetas, y los pue- blos. todos fijaban sus»miradas en él, de tal manera, que ese rey que habia de venir, eraconocido antes de dejarse ver, por el deseado de todas las naciones *. ¥ otro tanto ha sucedido des- pues que este enviado de Dios Ilend la mision que’ su Padre le encargé. Este pacificador de cuanto hay en los cielos y en la tier- ra; no hizo mas que pasar, por decirlo asi, como un astro ilu- minador ; aquién todos pueden reconocer miéntras esta en el meridiano ; pero 4 quien nadie puede ver despues que llega a su ocaso. Pasd, pues, por entre los hombres , colocandose para las generaciones venideras, en la misma posicion en que estuvo para con las que habian vivido antes que bajase del cielo. La luz que habian visto los hombres era grande, era inmen- sa: con decir que la generacion, en cuyo periodo vivid el Hijo de Dios hecho hombre, habia visto lo que muchos reyes y mu- ‘Heb. cap. Xhv.6.°"' 2 Ibi. cap. X.¥. 38. * Et veniet desideratus cunctis gentibus. Agg. cap. Il. v. 8.