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~~ toda el alma y con todas las fuerzas y al projimo como a si mis- mo, esta comprendida la Ley y los Profetas ‘; y por fin, el mis- mo Jesucristo al ensefiar a los judios obstinados en llamar e hi- jos de Abrahan sin imitarlo, que hiciesen las obras de Abrahan- si pretendian continuar dandose ese dictado, nos dice a todos, que hemos decorresponder con obras @ la vocacion divina; asi como Abrahan correspondié, no solo ereyendo, sino amando y ocupandose incesantemente en obras de piedad. Es decir, que Dios nos santifica para que, por medio - las obras <a ha- gamos cierta nuestra eleccion y vocacion* Hay, por tanto, en Ja vida interior del alma unaely, yes esta la del progreso ascendente , manifestado por las obras que ejecuta para corresponder al amor divino, el cual se descubre tambien como poy grados al’alma, que va creciendo en ese mis- mo amor. Demuéstralo bien aquella escald que vid Jacob, que tenia la base en la tierra,y la cabeza en el cielo, donde estaba ‘sentado el Sefior *, miéntras subian y bajaban por ella los an- geles. Y, ,para qué estaba sentado Dios alli? Para mirar, dice San Gerénimo ‘, 4 los que subian, y dar su mano'al can-— sado, y animar con sus miradas 4 sufrir todo trabajo. Gon- templaba el Profeta esta correspondencia mitua que hay entre Dios que da sus auxilios, y el alma que va progresando con ellos, y decia estas palabras, hablando con Dios: « Dichoso el hombre qué tiene tu amparo, y ba resuelto ir subiendo hacia ti viviendo en este valle de lagrimas; porque le dara su bendicion el Legislador , y caminara de virtud en virtud °.» Lo contempla- ba el Apdstol, y decia, que el cristiano no tenia sobre sus - ojos el velo del judio, sino que ¢ara descubierta contemplaba la gloria del Seftor, como en un espejo, transformandose en 1a ' Mat. cap. XXII. v. 40. 2 Gen. cap. XXVIII. v.43. 2 2. Pet. cap. I. v. 10. ‘ Epist. ad Julian. § Ps, LXXXII. v. 6, 7, 8.