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miembros } existe la verdadera libertad, y tambien puede ver- se el abuso de esta nobilisima facultad def'alm ; de lo cual re= sulla necesariamente la desigualdad relativa , ora por parte de las gracias que van siendo el alimento del alma, ora por ta de mayor 6 menor nobleza que van teniendo las que correspenden mas 6 ménos, ora porla mayor 6 menor perfeccion que ad- quieren. Es decir , repetimos, que la sociedad espiritual de la Iglesia catélica es perfectisima, porque admitiendo 4 todos en su seno con suma bondad y con perfecta igualdad, deja a cada uno en plena libertad, para que trabaje todo lo posible en subir cuantos grados de 'perfeccion pueda Iegar con la gra- cia, ‘sin’perjudicar4 nadie en sus derechos, y sin que haya en ninguno envidia ni emulacion, sino paz, concordia y alegria comun a todos. wig ef Oh ~ No puede darse sociedad mas perfecta que ésta, én la cual hay una cabeza que es infinitamente superior a los miembros del cuerpo mistico ; en'‘quienes ella ejerce sw influencia, y sin embargo , es semejante ellos; siendo Ja causa de esto un portento permanente, cual es el de la union de las dos na- turalezas, divina y humana, en Ja persona del Hijo de Dios. Todo esto, y nada ménos que esto, fué necesario para formar esta santa sociedad de los hombres’ con Dios. La vida es indefi- cienle y eterna en esa cabeza, porser éstael mismo Hijo de Dios hecho hombre ; y por consiguiente tiene fuerza infinita para dar animacion espiritual a cuanlos se unan a ella como miembros que le pertenecen; pues por innumerables que sean , nunea son infinitos en nimero, y por mucho queel Hijo de Dios dé; se queda él siempre inexhausto, y siempre inagotable. Por otra parte ; comoal tomar nuestra naturaleza, quiso este Hijo de Dios asemejarse en todas las cosas a nosotros ‘: y como una vez cumplido ese misterio inefable dela Encarnacion, pudo decir- ‘ Hebr. cap. Il. v. 417.

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