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= oo directiva de los miembros esta‘en la abez’ y no en los mismos miembros, bastando esto para que comprendiesen, ween seguir siempre la doctrina que ensefiaba estacabeza. » ¥ esto es lo que la Iglesia sabia desde los: primeros liemmpads El derecho. que tiene su cabeza visible para regirla, gobernar- la-y/ensefiarla, y el deber n que estan todos de obedecerla, y recibir su doctrina, era desde los :primeros dias de su exis- tencia como el derecho publico; que sefialaba las relaciones entre los fieles' de Cristo y su maestro universal. Véase lo que escribia San Ignacio de Antioquia antes de cerrar su curso el siglo pri- mero; «Los principes, es decir, los capitanes , estén sujetos al César, ‘los: soldados @ los capitanes,, los diaconos alos presbite- ros; mas los presbiterosy los diaconos, y todo el clero junto, con todo el pueblo, y los soldados’, y los jefes , y el César , obe- dezcan al obispo; mas el obispo obedezca 4 Cristo; como Cristo obedece:4 su Padre ‘~» La Iglesia eatdlica es wna sociedad per- feclisima y santa, como lo demostrarémos mas tarde. Y ;cémo podria concebirse la‘existencia de una sociedad santa, en Ja cial no habiese una subordinacion. completa y omnimoda de to- dos los miembros de ella al que fuese constituido su moderador, su pastor y su maestro por el mismo que la fundé en justicia y ‘santidad?«No hayunidad:de Iglesia) dice Santo Tomas *; sin wnidad de fe ;.y no hay unidad de-fe sin unjefe supremo. » |. No es-nuestro objeto ensalzar| aquivla sabiduria infinita que preside a estatinstitucion; pero no podemos dejar de decir que esta fué la pauta de operaciones de los fieles desde el principio, ensefados por los‘obispos. Habiade haber en la Iglesia muchos “sucesores de los Apdstoles: cada siglo daria & luz sabios emi- nentes , doctores sublimes, pensadores profundosy hombres de tal saber) qu causarian éxtasis4 las inteligencias; yestos sa- bios habiande ser precisamente obispos , sucesores de los Apds- ‘ Epist. ad Philadelph. —* Contr, Gentes, lib, 4cap: LXXVI.