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== Una parte de estas tenia por objeto directo la religion, y otra, la politica. Transcribirémos aqui las primeras, para que se vea si es posible decir mas errores en tan pocas fra- ses. Hélas aqui: «Nosotros anunciamos al Cristo que ha venido d decla- rar mayores 4 los hombres, y 4 decirles que ya no hay casta sacerdotal , porque todos son reyes y sacrificadores , y todos” iguales ante Dios. »Nosotros anunciamos al Cristo que quiere completa la personalidad humana. »Cristo es nuestra predicacion; Cristo és nuestra reli- gion; y el anunciar 4 Cristo es tambien nuestro gran cri- men, 4 juicio de la Iglesia romana. Y esto se comprende. Sosteniendo que Cristo es el tinico intercesor entre Dios y los hombres, destruimos él culto dado 4 santos y angeles, que la Iglesia de Roma adora como medianeros é interceso- res. Presentando el sacrificio de Cristo como el tinico ver- dadero, inutilizamos ese simulacro de sacrificio que se lla- ma Misa. Diciendo que Cristo ha obtenido para nosotros un perdon completo, no tiene razon de ser el purgatorio. Pre~ dicando que el perdon obtenido por Cristo es gratuito, y que se otorga 4 quien lo desea, desaparecen las obras merito-' rias, con las que tanto lucra el clero. Ensefiando que Cristo ha instituido el sacerdocio universal, no se concibe la exis- tencia de un sacerdocio levitico. Probando que Cristo quie- re la fe voluntaria-y esponténea, como el amor que la ins- pira, queda condenada la intolerancia religiosa. Estable- ciendo que Dios solo puede perdonar, y perdona 4 cuantos creen verdaderamente en su Hijo Unigénito, se hunde el confesonario. Demostrando que 4 esa persona de Cristo se la encuentra pura y sin mancha, tinicamente en las Santas Eserituras , recibe un golpe mortal la tradicion de la Iglesia; y véase cémo la predicacion que hacemos de Cristo solo, concita contra nosotros todas las iras del clero romano. » Pero no importa. Convencidos de que las doctrinas que hemos expuesto, y las practicas que seguimos estén con-