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= i trasladado, para examinar las huellas que dejé marcadas en su paso por él mundo. No debemos examinar el rastro que nos dejaron impreso aquellas generaciones , como quien pretende hacer un analisis minucioso de todas y cada una de las partes que componen up cuerpo colosal. Al hacerlo asi, hallarémos en aquella época vicios muy grandes, y verémos que no habia toda la perfeccion, que un tr pretende — en es das las cosas. Cuando se examina el modo de existir de la sothedaid hu- mana en cualquiera época, hay que tener presentes dos co- sas: la primera, que corrompida la naturaleza humana por el pecado, ha recibido de Dios la gracia de la medicina, cuya aplicacion puede extirpar los vicios y pasiones desarregla-_ das: pero que no las extirpa, porque los hombres no quieren tomar la medicina que Dios les propina en las maximas y pre- ceptos desu ley, y sobre todo en los preceptos y consejos de su Hijo hecho hombre, y en sus ejemplos admirables de vida. El Espiritu Santo ha dicho, que el niimero de los necios es infi- nito ‘, y esto Se ha cumplido y se cumplira hasta la consumacion de los siglos : segunda , que si bien el hombre puede ser perfec- to en el cumplimiento del precepto de amar a Dios y a su pré- jimo, pues Jesucristo nos dice que seamos perfectos como lo es nuestro Padre celestial*, no hay un solo hombre que no vaya caminando a esta pulféoctdll: hasta que llega 4 su ultimo grado, y esteno s alcanza sino es al entrar ¢! alma justa en Ja patria de los vivientes: y tercero, que, por mas que hayaen la sociedad miles de hombres, nunea la sociedad entera sera perfecta en su civilizacion intelectual y moral en este mundo, porque los hombres abusan de su libertad, y Dios no quiere imprimir coaccion alguna en la voluntad humana. Dios es todo amor, y no quiere que nadie Jo ame por fuerza ' Bel. cap. I. v.43. * Mat. cap. V. v. 48.

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