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eS aquella Etlad azatosa: enando se sepa’ ee tate terceras | partes de ella sé emplearon en rechazat Jas ‘invasiones de los normandos y de los arabes; cuando se tenga presente, que enténces nacian generaciones enteras entre el estruendo de las guerras, ¥ pasaban todo el periodo de su vida entre las cala- midades que ocasionan las invasiones, eniténces se vera con cuanta razon los harones y caballeros de ‘aquellos tiempos ‘se dedicaban exclusivamente al ejercicio de las armas, ejercicio qué apénas ‘se ‘encuentra jams én’ Consoreio con Ja’ cultura de las ciencias. A fe’ mia, que en estos tiempos que corren ahora mismo, vemos que, apénas se presenta una guerra gene- ral, qué dura una década, se paraliza el movimiento de las letras, por absorber la atencion de todos To que mas les inte- resa, que es la defensa de los intereses de la nacion,,. a rota y expulsion de los enemigos. Yo pregunto, si habia en diietue eaballeros y barones un oscurantismo absoluto; y respondo, que no lo podia haber, en corazones que ercerraban a la vez el heroismo del soldado va- liente y la piedad del cristiano, los sentimientos de generosi- dad, el amor de la patria, ¢! deseo de morir en defensa de la religion y del rey. Véase 4 cualquiera de aquellos barones, cu- biertos de arriba abajo de los arneses de guerra, 4 aquéllos hombres que acompafiaban siempre a su rey en las batallas y cefiian sus lados, y obsérvese que todos llevan en st pecho el signo dela Redencion; véase que cada cual lleva pendienté de - su tahali, una enorme espada con su empufiadura en forma de cruz, en la cual se hallan cincélados en oro purisimd los tres lamas que expresan su fe religiosa, sw amor /patrioy su lealtad: {Qué dice esa inscripeion? Por mi — por mi yi. - mirey. No sabemos con qué razon oie ser ‘calificads te oscu- rantismo y de barbavie , unos tiempos en que se-rendia un culto santo & los principios salvadores de la sociedad. Unos hombres