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an Shue son estrellas en oe de —— luz, ein so de ilaminar todo el orbe. ; Largo es el vial teite Bead Media, ious setiaaded examinarlo, distinguir entre siglo y siglo, y hasta entre las déeadas que componen una centuria; pero , aun fijando la aten- cion en lo que se puede llamar el punto mas oscuro de aquel periodo, encontramos ciertos rasgos earacteristicos , que no se- fialan tanto oscurantismo y barbarie, como regalan 4 aquellos tiempos los mal avenidos con la fe y las tradiciones religiosas, que esos mismos tiempos nos trasmitieron. , Tres cosas llaman particularmente la atencion det que exa- mina el caracter de los hombres de aquella época, y son: los caballerosy barones , los reyes, y las ocupaciones de estos y de sus pueblos. Demos una ojeada rapida a estos tres objetos, y resultara de su examen todo Jo contrario & cuanto una Edad, a quien se ha dado el nombre de renacida, ha afirmado de la que la did el ser. Mucho se ha hablado de los catvallanes y barones de la Edad Media y de su modo de vivir: se ha dicho que toda su ilustra- cion se reducia 4 cubrir su cabeza con dorado yelmo, su rostro con célada, su pecho con coraza de acero, su cuerpo con re- des de alambre, 4 tener un brazo hercileo para manejar un lanzon, una clava, una maza ferrada, 4 ser un Proteo de los Héreules de las fabulas, para derribar de un golpe, hasta 4 un gigante, que los acometiese en singular combate. Se ha dicho que vivian en castillos almenados y rastrillados, donde no te- nian entrada las cieneias , ni se cobijaba el saber, pues solo se trataba en aquellos salones severos, de batallas, de encuen- tros, de derrotas, de despojos y trofeos cogidos al enemigo,. gloriandose de la presa, aunque consistiese esta en un corpifio de guerrero, en un easco roto, 6 en un pedazo de lanza parti- da en la batalla. Cuando se vea lo que ‘ibs hemos de decir sobre iene a Nl on ls eel

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