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—'532 — da la Iglesia en todo el mundo civilizado, deprimida su auto- ridad, invadidas sus atribuciones , y erigidas catedras de en- sefianza , de las cuales se destierra el ‘nombre de Dios, la ci- vilizacion y la ilustracion verdaderas han entrado ya en un plano inclinado, cuyo fin es el abismo. Y para contestar cate- géricamente a esta respuesta, decimos: que el anticristianismo que reina hoy dia en el mundo, si no es el mismo que insinua San Pablo, como una apostasia consumada , preparatoria de los tiempos en que ba de venir el Anticristo, es lo mas pareci- do 4 ella de cuanto ha ocurrido en el trascurso de diez y nueve siglos. De lo cual deducimos esta consecuencia; 6 las naciones, retroceden de ese mal camino en que las ha puesto esa ilus- tracion contraria al Evangelio y vuelven a la obediencia al Vi- cario de Cristo , 6 siguen su marcha con la soberbia y alta- _ neria que la han empezado. Si asi fuere, si se cumple la segunda parte de este dilema, bien podemos decir, que el gran aconte- cimiento , cuya proximidad anunciaba San Vicente Ferrer, hace ya cuatro siglos , empieza 4 prepararse con la apostasia de to- das las naciones. Ese dia ha de llegar : la apostasia anunciada por San Pa- blo tiene que ser un hecho. No es, por tanto, una prueba de la bondad de la ilustracion moderna y de sus adelantos tan decantados , el haber ido preparando a los hombres a la apos- tasia universal de lafe, y al mundo a su consumacion y su ruina. FIN DE LA PRIMERA PARTE.