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= y vivir con lujo y comodidad: el racionalismo de una filosofia dementada se ha encargado tambien de renovar la otra abomi- nacion de la desolacion, introducida en el templo de Dios por la sustitucion de la adoracion de Dios con la antropolatria, 6 la adoracion de la razon humana. Esta abominacion existe hoy dia, como no ha existido quizas jamas. | -Antioco introdujo estas dos abominaciones en el templo de Dios, colocando un idolo abominable en el Santisimo, 6 en el Sancta Sanctorum, y robando cuanto habia en la casa de Dios. Pero toilo esto no pasaba de’ ser cosa material; colocar un ido- lo en el templo, es profanar el edificio material: pero esa profa- nacion es transitoria, por cuanto al poco viene un Judas Ma- cabeo, que derriba el idolo, purifica el lugar santo, levanta de nuevo el allar y ofrece victimas al cielo, devolviendo al lu- gar santo su santidad, y 4 Dios su honor ‘. El idolo no es nada, decia el Apéstol * porque no hay otro Dios, sino solo uno. Lo que hizo Antioco robando al templo, para nada influ- yo en la destruccion de la religion, que es infinitamente mas que el templo y sus alhajas, sucediendo otro tanto con lo que, 4 imitacion de Antioco en los tiempos antiguos, y de Lutero y los calvinistas en los modernos, han hecho los politicos de los tiempos novisimos. i Miserables! El tesoro mas precioso, aquel del cual proceden los’ que se consagran a Dios y a su culto, no puede caer ensus manos. Este tesoro es la fe y la caridad. ; Mi- serables revolucionarios, repetimos! Ellos roban calices y va- sos sagrados de oro, cuajados de pedreria, y no saben que en los libros de Dios esta escrito el nombre del fiel, qué ha de regalar al templo despojado otros calices y otros vasos mas ricos, que los que ellos se llevaron para venderlos y emplear su producto en sensualidades. Pero hay otra abomination de la desolacion mas’ trasten- ' 2. Mach. cap. IV. v. 48. * 4, Cor. cap. VIL v4