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— 517 — A no dudarlo , ha habido empeiio decidido entre los hom- bres, en impedir que esta civilizacion de paz y de ventura se instalase en la sociedad , como lo atestiguan las_persecucio- nes que duraron tres siglos y costaron muchos millones de martires. Despues se empezaron 4 amontonar otros obstaculos, los cuales hasta imprimieron en la marcha de esta civilizacion un caracter de atonia, cuales fueron los que suscitaban los barbaros con sus invasiones ; las cuales , hoy de’ una manera, y mafiana de otra, ni dejaron de verificarse hasta el siglo dé cimo del cristianismo, ni pudieron ser vencidas del todo hasta el décimoquinto, y aun se renovaron por los tartaros y los mus- lines en tiempos posteriores, como nos lo dicen los sitios de Cércega, la batalla de Lepanto, la de Buda, la de Viena y las de Polonia. Se ve bien de dénde viene la paralizacion de la ci- vilizacion, de dénde aquella especie de marasmo en que se dice que cayeron los siglos nono y décimo , aunque no hubo en ellos tanta debilitacion bape se les ulate alribuir, sobre todo, sia ha recibido de Gristo. Vienen ahora los obstaculos que habian de ser hie namente la mayor plaga para la verdadera civilizacion , y por decirlo asi, lo que habia de ser como la gran represa, que se formaria en los fecundantes raudales de la civilizacion eristiana, para sacarla de su cauce natural y darla wn desvio, que, pa- reciendo que la difundia, llevaba el conato de fraccionarla y dividirla para absorberla y evaporarla, como se absorben y se evaporan entre terrenos y arenales aridos las aguas que salen de su lecho natural y se derraman en tenues canlidades. Esto es lo que han hecho en todos los siglos los cismaticos y los he- reges: han dividido la autoridad de la Iglesia y fraccionado su doctrina, no reconociendo la autoridad de la’ cabeza visible de la misma Iglesia ni para regir y gobernar, ni. para ensehar : esto fué siempre unarebelion, cuyo resultado fué la desviacion

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