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= do libertad, y la hatraido al linage humano, pero es esa la libertad de la gloria de los hijos de Dios , la libertad que da la verdad a quien la practica, la libertad que: se encuentra en Cristo, que dijo de si mismo, Yo soy el camino, la verdad y la vida'', y que es, en efecto, el camino de la conversacion sa - ta, la verdad de la doctrinadivina, la vida de la bienaventu- ranza sempiterna, como dice San Leon *. ¥Y tengamos presente que esa libertad es un donativo, que hace Jesucristo 4 cada hom- bre y a Ja sociedad entera, para que ningune sea esclavo de la culpa, y por consiguiente , wrentves — en pa ae, gozando de una libertad perfecta. Tal es la civilizacion que debia btielnee en la ‘sociedad por la observancia del Evangelio: el cumplimiento de la ley di- vina hacia inviolable al principe, é inviolable al ciudadano : los derechos y los deberes se hallarian siempre en armonia: la desigualdad de las clases, conservandose en toda su integridad, asi como la preeminencia que esencialmente ‘ha de tener la au- toridad sobre sus subordinados, se volveria un v nculo santo de amor y de respeto, por medio de aquella igualdad moral que resulta de ser todos los hombres hijos de un mismo Padre, y de tener todos un mismo Sefior, el cual Jo es del rey y del vasallo, del sefior y del siervo, como dice San Pablo *. Afadase4 este érden publico e! privado, el doméstico, el personal que Jesu- cristo prescribe en su legislacion divina , cuando trata del modo de honrara los padres‘, del modo de vestirse*, del modo de buscar el alimento cotidiano*; y por fin del modo como ha de gobernar cada uno sus deseos, y se vera cudn perfecta,; cuan santa es su vivilizacion, ay won ee — — . los ae * Joan. cap. XIV. v. 6. 4 Mat. cap. XV. v. 6. 2 Serm. 2. de Resurrect. 5 Mat. cap. VI.v. 23. * Ephes. cap. VI. v. 9. § Id. cap. Vivv. 34: