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aa puede negarlo; y mucho ménos lo negara, cuando la historia de las naciones, que pueblafi el globo, lo atestigua con toda fidelidad. Asi se ve, que el pueblo mas civilizado que hubo en los tiempos que precedieron a la venida de Cristo, fué el que profesé la religion verdadera; y pruébanlo los hombres sabios que abundaron en él, y las obras que llevé a cabo. Ningun otro tuve tantos reyes santos, tantos héroes, y tantas mugeres célebres por su virtud y su heroismo: en ninguno hubo un cé- digo mas perfecto y mas completo , ora para el drden religioso, ora para el socialy politico, ora para el comercio y la higiene, ora para el establecimiento del drden en las ciudades y de co- municaciones inleriores por medio de vias publicas, ora por fin, por cuanto contribuye 4 formar la unidad nacional, y a presentar garantias de incolumidad é inyiolabilidad al ciuda- dano en su vida, en su honor, en sus bienes y en su familia. Los cuatro ultimos libros del Pentatéuco, los de Josué y los Jueces, los de los Reyes, y los de los Paralipomenos , y mu- chos de los profélicos, son una prueba. irrefragable de. io que decimos. Esto es innegable: la civilizacion comparada da Te siguien- tes resultados: el pueblo cristiano es mucho mas civilizado que el hebreo: pero este lo era mucho mas que los pueblos paga- nos en la ilustracion y civilizacion verdaderas. Y lo era mucho mas, por Jaseacillisima razon de que profesaba los dos princi- pios fundamentales de la civilizacion, que son, confesar la uni- dad de Dios, y rendirle culto de adoracion interior y exterior, y reconocer en el hombre un sér hecho a imigen y semejanza de Dios, y por consiguiente , acreedor al amor de los demas y 4 queninguno haga~a su semejante lo que no quiera que se le haga 4 si mismo, En un pueblo que profese estos principios, el hombre tiene derechos y garantias; y en efecto, ninguno de los antiguos pudo gloriarse de tenerlas , ni de ver la protec- cion de la ley y de la autoridad, tan patente y tan desen-