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— 502 — Dios y la gracia que nos gané su Hijo, el hombre trabaja ayu- dado, , prevenido y acompatiado ¢de esa gracia y adquiere dere- cho. 4 Ja corona de la gloria, justamente llamada de justicia, porque la da el Juez, justo , que examina con todo rigor los qui- lates de las buenas obras, y recompensa a, cada uno segun su misericordia y. su justicia, a Grande é inestimable es este derecho , ‘que Dios ha querido por su pura benignidad. otorgar, al hombre; ; pero aunque tenga su fundamento en la misericordia de Dios, al fin es un dere- cho que San Agustin explica de este modo: «Dios se hizo deu- dor no solo asi, sino a Cristo y 4 nosotros, para que pudiése- mos decirle: danos lo. que prometiste, pues hemos hecho lo que. mandaste .» Grande es 6 inestimable, yolvemos a decir, _ este derecho: ‘pero es el tinico que tiene el hombre. Los demas derechos que en punto a libertad religiosa le estan predicando loreralag cionarios, no. son sino el eco. fiel de aquellos derechos que Satand estuvo inculcando 4 Eva, cuando la decia que serian ella y su compafiero como los dioses. Lo que sucedié a Eva, que perdid lo que poseia y no gand nada de lo que se le.pro - melia, es lo que desea Satanas que acontezca 4 los hombres con la. publicacion de los nuevos derechos. Pasemos entre tanto. 4 hablar de ottos derechos que no se anuncian ménos que los an- teriores , _Y que valen tanto como ellos, 2. IL. Los derechos sociales. g Que la civilizacion de los pueblos es, el.reflejo de su ilus- tracion y que esta ilustracion, si ha de ser verdadera, solo puede tener su origen en la verdad , es tan cierto, que nadie t Serm. 46. de Verb. Domi.
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