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— 492 — mo. Lo que hay en nuestra actual civilizacion en punto a pro- greso verdadero en las artes y en la maquinaria, en Ja propa- gacion de la verdad hasta en las islas mas lejanas por el mi- nisterio de los sacerdotes de Cristo, y en el sostenimiento dela fe, dun en medio de naciones cismaticas y apéstatas, y en ese movimiento universal que se nota, para contrarestar los efectos de la mala politica y dela propaganda impia: lo que hay per- fecto en el érden moral, en el politico, en el administrativo , en seguridad de bienes de fortuna, de honor y de vida; lo que hay respecto de haberse abolido la esclavitud, y al vivir los pue- blos en paz unos con otros, aun en medio de las convulsiones anarquicas que tan continuas son en estos tiempos , todo ello es efecto inmediato de la civilizacion introducida por el Evange- lio. No hay que dudarlo , y repetimos lo que antes hemos di- cho: una vez predicada la doctrina de Jesucristo en una region, y arraigada en los corazones de sus habitantes , deja huellas tan hondas, que no las borran ni los grandes trastornos, ni la mis- ma infidelidad , 6 la apostasia, 6 la heregia que sobrevengan. En la civilizacion de la Edad Media existian todavia algunos restos de la antigua del paganismo; pero eran elementos deca- dentes, que descendian a su desaparicion total: en esa misma civilizacion, en la presente y en la que habra hasta Ja consu- macion de los siglos, habia, hay y habra siempre una imper- feccion relativa, y es la que proviene de haber sido viciada la naturaleza humana en nuestro primer padre. En 1o absoluto, es decir, considerando las cosas metafisicamente, la perfeccion de la ilustracion y de la civilizacion existe real y positivamente en los principios inmutables de la ley de Dios , impresa en nues- tros corazones , publicada solemnemente por Dios mismo, y ex- plicada al fin por su Hijo hecho hombre. La civilizacion verda- dera y perfecta esta encerrada en los preceptos y maximas del Evangelio; pero como los hombres no las observan en general: como seguimos muy. facilmente las inspiraciones de la concu,