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— 45— promontorios de traicion, de hipocresia, de barbariey de salvagismo que ha aglomerado la perversidad humana, dirémos de las otras que hemos insinuado, que no hay en ninguna de ellas sino ideas muy mezquinas en el drden de las mismas ideas. Miras de ambicion, proyectos de extender dominios temporales, 6 influjo mas poderoso: pensamiento oculto de ver cémo se hu- milla 4 una nacion rival, cortandola las alas para que no vuele, robandola provincias para que tenga ménos brazos, y tesoros para que no pueda levantar ejércitos , ni fabricar naves y armar guerreros , todo eso en el drden moral de las cosas no es ni se lama, sino pequefiez de ideas, y grandeza de pasiones embra- vecidas como las olas del mar, y enfurecidas como un leon de la Numidia ‘gt a - — y absorber Coupon se _ presente. 'o «om Hemos dicho ya, que no onisto la atid ais una em- presa guerrera en la aglomeracion de maquinas y de materiales para derribar ciudades y torreones, y mucho ménos en matar adversarios por millares. Sabelo bien quien haya‘leido un poco Ja historia: si esto fuese asi, ningun hombre seria tan digno | de elogio como aquellos jefes barbaros que salian del Norte, a postrar en tierra a las legiones romanas , 6 los que bajaban de la Tartaria 4 derribar ciudades sin fin en el Indostan, y forma- ban piramides de gran altura y no menor base, con los millares y mnillares de cabezas de los muertos. Pero la grandeza verda- dera de las empresas guerreras no esta en los resultados mate- riales, ni en Jo imponente de los aprestos. Guerras hay, cuya declaracion es el bramido de una bestia feroz contra un corde- rillo, cuya entrada en regiones pacificas es un descenso de ma- nadas de lobos de la montaiia al valle, para devorar un rebafio de ovejas, y cuyo triunfo se traduce por la opresion brutal de mil sobre diez, por carniceria de hombres indefensos, por po- sesion injusta, por manejos de traicion @ hipocresia, y por de- predacion violenta. En esas guerras no hay idea alguna gran-