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— 414 — es tario del saber, de las ciencias y de toda literatura, en tiempos de las irrupciones de los barbaros y de los arabes. Pero, ; po- dra lavarse la civilizacion moderna del crimen que ha cometido contra las bellas artes, y del ultraje que ha hecho a los hom— bres ilustres de las generaciones pasadas? No hay bastante con dos ojos para llorar sobre las rui- nas de las abadias y de los templos. ; Qué bellezas estatua- rias! ;Qué calados de filigrana en las ojivas de los arcos y de las ventanas! ; Qué vidrieras tan colosales, cuyos cris- tales pintados representaban con una viveza encantadora la historia de los héroes, y contenian epopeyas enteras de hechos gloriosos de nuestros aseendientes en la fe! ; Qué tablas tan pre- ciosas para estudiar el curso ascendente, descendente, rena- ciente y creciente que tuvo la pintura en todos los siglos! No se nos acuse de demasiada severidad, si decimos que la barbarie cometida por la moderna civilizacion en la destruccion de tanto monumento de religion, excede con mucho a la barbarie de los musulmanes. Porque en realidad, estos destruyeron sustituyen- do; ellos derribaban templos cristianos, pero levantaban mez- quitas , conservando en ellas el arte bizantino, que habian es- tudiado en Jerusalen, en la Palestina y en la Siria, donde mi- les de templos se elevaron, a imilacion de los que Santa Helena construyé en Jerusalen, en Belen, en el Tabor y en Nazaret, y llevaban este estilo a do quiera que marchaban. Pero la civilizacion moderna destruye y no edifica; racio- nalista en sus ideas, lo es en sus actos; y puesto que ha ar- rojado 4 Dios de sus instituciones, derriba sus templos, no levantando uno solo, siquiera fuera 4 su misma razon, declara- da dios por una filosofia dementada.La civilizacion del raciona- lismo, en tratandose de templos y de monasterios , descubre lue- go su instinto dé la fiera, que se sacia mas malando, que comien- do. No inventamos : ahi esta la capital de nuestra malhadada pa- tria; en mil ochocientos sesenta y ocho, se destruyeron en ella