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ax 49 x >» Vamos 4 ver cémo se profesaba este mismo dogma en la época que le siguid; pero antes hemos de repetir que en la primera no hubo oscurantismo, quizds ni relativo. Lo que hubo fué desprecio de la palabra divina, orgullo, sensualidad é incredulidad, pues veian los hombres lo que hacia Noé, ofan Jas palabras amenazadoras del gran cataclismo, ‘y sin entbargo, no dieron crédito sino 4 sus pasiones ; y vomo si nada hubiese dé suveder, comian, bebian, se casaban y daban a casar sus hijas, hasta que vind el diluvio y los des- nays 4 todos ', cogiéndolos de improviso en su incredulidad. —‘Viene , piles, la segunda época desde Noe hasta Moisés, y enconttanios en ella profesado el mismo dogma de fa resurrec- cion de la carne y del juicio universal: lo encontramos en mes dio de los pueblos gentiles , pues Job habla de este dogina con tafita perspictiidad al confabular con sis amigos ,que, mas que un creyente que confiesa su fe, parece un maestro que la ex+ plica 4 sus discipulos , rebatiendo los argumentos que se le ob+ jetan , como Jo manifiestan estas palabras: Vo sé que en el wl- timo dia me he de levantar de la tierra, y que de nuevo me he de revestir demi piel, y queen mi carne he de ver a mi Dios: y lo he de ver yo mismo, y no otro; y tengo dentro de mi esta esperanza *. ,Puede darse mayor claridad ena profe- sioh y €xplicacion de este dogma? Pues lo mismo encontrames ef Moisés, cuando dice *: Al Senor vendra del Sinat con mix llares de santos. En su derecha hay ley de fuego. ‘Omitiehdo los testimonios de otros profetas del Antiguo’ Tes: tamento , oigamos ahora al profeta David , -y quedarémos asom- brados.al ver en sus cantos sagrades , descrito “el juicio final, casi comlas:mismas palabras, con que Jesacristo habla,de la ju- dicatura-que los santos han de ejercer con él. Gozardnge, dice, ‘ Mat. cap. XXIV. v.38. * Job. cap. XIX. v. 25. 26. 27. 3 Deut. cap: XXXMf, y. 2. .