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— elevacion del alma a Dios por medio de la fe y de la pureza de. costumbres , jard que en todo el mundo civilizado no habia de quedar en pié un solo templo levantado al Dios del Calvario, ni con vida'un solo adorador de su-mombre. Y ahi esta sefala- do el origen de las guerras de Mahoma, y el objeto y fin de sus empresas : lo que él empezé, lo continuaron sus sucesores’: la Palestina, el Egipto, la Siria y la Persia fueron subyugadas por sus huestes , y al poco le inclind su cerviz el Africa, siguién- dole la Espafia y otros reinos, que cayeron bajo su poder. Ha- cer guerra a todo pueblo cristiano, para establecer alli el im- perio del Aleoran; dominarlo con la fuerza de las armas, para derribar en el suelo conquistado todo monumento levantado al Crucificado, he ahi a lo que se redujeron las empresas guerre- ras del islamismo. ~Contrastan de un modo muy visible las empresas de ambos pueblos. En cuanto a las guerreras de los cristianos, hay que dividirlas en dos clases: pues desgraciadamente muchas de ellas eran entre principes ligados entre si por los vinculos mismos de religion; quienes se disputaban el dominio de reinos y provincias, y no sabian moderar sus ambiciones, 6 bien se creian con derechos mas legitimos que sus adversarios la po- sesion de un reino, y decidian lacontienda con las armas; pero existia siempre olra guerra, fundada en un principio nobilisimo y absolutamente de religion y civilizacion, al cual cedian por lo comun las rencillas mituas, y aun las ambiciones exagera- das. Los barbaros aparecian amenazando a los pueblos civili~ zados , y enténces se sacrificaban todos los resentimientos en las aras dela religion y !a ilustracion que corrian peligro , y se suspendia toda guerra parcial suscitada por rivalidades, dan- dose los reyes la mano de amigos y de hermanos, para salvar todos con un esfuerzo comun la religion , la civilizacion y la patria. Y hay que decir, que ninguna nacion dié ejemplos mas relevantes de esto que la Espaiia; pues dividida esta en varios