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— 3 — , « -RAZONAMIENTO II. LAS EDADES PASADAS.. Una verdadera safia profesan ciertos hombres de los tiempos modernos contra los que les precedieron en épocas pasadas, como si, al trasmigrar los antiguos del mundo visible al invisi- — ble, hubieran dejado hecho un testamento , consignando su vo- Juntad de desheredar a los que sobreviviesen , de los progresos que ellos habian hecho en la carrera de la ilustracion. Sin em- bargo, ni aquellos hombres dictaron esa clausula testamenta- ria, ni podrian formularla, porque no tenian fuerza para esto. Hay una solidaridad en el mundo, que no es hija de institucio- nes humanas, sino de la naturaleza de las cosas por disposi- cion divina : en cada época se verifican acontecimientos nota- bles , que son actos de la generacion que vive en ella: los actos permanecen en el ser moral que se encierra en ellos, y duran para siempre en este concepto, miéntras que las generaciones que los consumaron pasan: mas al pasar , las generaciones fu- turas los heredan. Es una verdad irrefragable , que todo el linage humano es como un gran ejército, que marcha al través de un vastisimo horizonte, cuyos limites se encuentran en una lontananza, que no se ve, pero que sé sabe que existe. Este limite es aquel, en que empieza otro horizonte que no lo tiene, y se llama eternidad, a la cual tocan cada dia los que forman a la cabeza de ese ejér- cito inmenso. Pero acontece en esta marcha una cosa que parece fenomenal: y es que caminan los hombres sobre una tierra