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ee virle, en-el de si mismo, para reconocer que cuanto: uno es, Pe il lo ha recibido de Di s , y en el de sus relaciones de amor y de paz que el hombre ha de tener con sus semejantes , esclaro que no es ilustracion, verdadera la que intenta separar al hombre de su Criador; ni aquella que des- truye la verdad para buscar otra verdad; ni aquella que. des- echa Jo infalibley adopta lo falaz y lo dudoso, y da la pre; ferencia a lo que no merece nj el nombre, de problematico, sobre lo que la misma razon sabe positivamente. que es, cierto, Puede, en efecto, darse el nombre de ilustrado al hombre te- merario ¢ irracional, que desprecia la doctrina nevelada, y. pre- tende sustituir la palabra infalible de, Dios con la suya propia, y se empefia en que sea mas razonable lo que le sugiere su en- tendimignto limitado, que lo que piensa el entendimiento, divi- no, y se digna manifestar 4 los hombres? ;Sera verdaderamente ilustrado, quien sobreponiéndose 4 lo que han creido las gene; raciones de cincuenta 6 mas centurias , tiene la temeridad de insultarlas, lamandolas ignorantes porque. creyeron lo cierto, y predicando él mismo su gran saber, que consiste en dudar, en ccabilar, en inventar y en derribar el cimiento de la misma ciencia? A una abdicacion como esta del sentido comun, no es posible dar el nombre de ilustracion. : San Pablo decia a Timoteo., que evitase todas las, seine - profanas en, materia de palabras y de doctrina ‘; y al decir ,» nO parece sino, que sefialaba con el dedo la gran llaga, os habia de corroer 4 la llamada ilustraecion de los tiempos modernos,. ¥ por cierto, que hay que notar , con San Agustin, que no dice San Pablo que.se eviten todos los nombres nuevos, sino los profanos; pues dice. el mismo Santo Padre *, que «lambien se encuentran, en la doctrina, de la. religion voces nuevas muy congruenées: contra la impiedad de los arrianos, ‘ 4." Tim. cap, VI, v.20. * Tract. 97, in Joan,

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