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i. primas con el fuego? Unos instantes nada mas.Y gpodra de- cirnos ningun hombre, cuanto tiempo necesita la naturaleza para formar esas petrificaciones interiores del globo, esas fusiones de sdélidos en fliidos y esas formaciones de metales, de piedras preciosas y de otros objetos? Véase el tiempo que necesitan los fuegos subterraneos , para producir en la superficie de la tierra sacudimientos horrorosos, que desgajan muchas veces los pe- flascos, y se ‘entendera cuanta y cuan poderosa es la accion de los elementos que el globo encierra en sus entrafias, para que, en fuerza de las leyes que Dios ha dado, esos mismos elementos sean productores. Al decir esto , hablamos del curso dient que tienen las cosas salidas de la mano de Dios y ordenadas por él: contem— -plemos lo que es la virtud infinita de Dios, y tenemos que ha- blar de otro modo en esta materia. La tierra esta cortada por altisimas montafias , fundadas todas en pefiascos inmensurables, — cubiertos de vegetacion imponente , y coronadas de enormes ris- cos, que tienen por vestido las nubes que en ellos se posan. 4 Cuanto tiempo se ha necesitado para esa formacion tan colosal? {Habra quien se atreva 4 decir que hanido naciendo dela tierra, cuando la razon natural ensefia, queel nacer no es propio de la piedra,, sino dela planta? Habra quien diga , que han ido vo- lando los pefiascos 4 reunirse unos con otros , como sucede con la formacion de los médanos de arenas, llevadas suavemente por los vientos? Esos montes y esos pefiascos existian ya en tiem- pos de Noé, pues el historiador sagrado nos dice ‘ que las aguas cubrieron todos los montes altos de la tierra, y que se subieron quince codos sobre los mas elevados. Tenemos , pues, que a los mil seiscientos aiios, despues de la creacion del mundo, habia ya en el globo esas prominencias de pefiascos , que ahora vemos. Preguntamos a los hombres de { Gen, cap. VIL. v. 19. 20.

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