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52 SERMON a eternidad , preparándonos medios ciertos e. infas libles , por donde en tiempo fuesemos justifica= dos y salvos. Esto es lo que admiramos en el orden regular de la Gracia, con cierta analogía y correspondencia á lo que advertimos y dé= xamos ya delineado en el orden de la Naturale- za, bien que con una ventaja y exceso queno dexa lugar á comparacion. Pero en este dia, Ca- tólicos , se nos propone una separacion la mas singular, la imas extraordinaria y portentosa en el orden de la Gracia , y es la de Maria Santisi- ma en el instante de su Concepcion. Esta es verdaderamente una ¿separación qué no solo” se adelanta. y excede, sino que oscurece y hace desaparecer todas las otras aunque tan recomen= dables y-dignas. Ella es la que constituye , y ha- ce toda el alma y nervio del inefable Misterio que hoy celebramos, en que muestra Nacion cons- tituye su gloria , su esperanza y proteccion, En £l se nos propone, presenta la Iglesia 4 la pie dad de los fieles una pura criatura, una hija de Adan , una porcion de la masa corrompida del Género Humano, que 4 pesar del manantial in= fecto de que traesu, origen , de la corrupcion del Siglo , del ayre contagioso que respira, conserva FO- nz