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a PP... e y. > A ITA 414 SERMON podia conocer, y en efecto conocia su número, su monstruosidad y disonancia , considerarle por todos sus aspectos , pesarle y confrontarle 4 las leyes y reglas indefectibles € inmutables de su justiciay bondad y rectitud: él solo era capaz de graduar y apreciar el daño temporal y eterno que causa, y la infelicidad y ruina que le. está ane- xa. Ninguna comparación tienen con este tor= mento todos los otros de que es víctima y des= pojo, Quando amonesta á las hijas de Jerusalen que no lloren ni se lamenten de sus. penas, no vitupera su afecto y compasion , sino trata de en» señarlas qual es su verdadera y principal pena, por la que debian compadecerle , aplicando"2"ella toda su atencion; es á sa pecados suyos y de sus hijos: e Jerusalen , y demas pla- gue en castigo habian de venir sobre ellos, y sobre todo la perdicion espiritual y eterna que habian de incurrir. Este es el. desamparo mas ter» rible para la caridad inmensa del Salvador, en el acto mismo de sacrificarse por los hombres en la Cruz; en el acto mismo de entregarse 4 los mas horrorosos tormentos , sin perdonar alguno de quantos pudieran imáginarse para hacer mas co- piosa la Redencion , logrando así-que lo fuese en efecto no solo para el Mundo criado , sino para innumerables otros que quisiese Dios pro= du-