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Pa li > , , a pr A o ES < ES e A et AL SS. CHRISTO DEL-DESAMPARO. 405 de un fuego que todo lo devora y consume. No estraño , vuelvo 4 decir , que el Salvador , insen= sible y de bronceá los tormentos y penas tempo- rales, aun. las mas. extraordinarias € inauditas , no pueda sostener una tan triste constitucion y con- flicto , sin exclamar 4 su Eterno Padre lamentán- dose de su desamparo: Dios mio, Dios mio, «por qué me.has desamparado? ¿por qué me muestras y presentas el mismo semblante.con que aterras 4 los prevaricadores y réprobos? ¿dónde está el sem- blante de mi Padre > ¿aquel semblante dulce y paternal con que ha mirado eternamente al Hijo que ha sido todas sus delicias? ¡O bondad: ¡0 misericordia inefable, cómo os habeis así. retira- do de. mí: No espereis, Católicos , que yo os declare el modo con que esto sucedió. Bastaos' entender y concebir de algun modo quan violenta seria la opresion que obligó 4 exclamar de esta suerte á Christo; Isaias nos dice que el Señor quiso que- brantarle en su misma debilidad Ó- enfermedad. Quiere decies quando se hallaba en su mayor humillacion y abatimiento, en su mayor aflic- cion. y angustia por. los ultrages é ignominias, por los dolores y tormentos que le circundaban y anegaban , entonces fue quando el Señor to- mó

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