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ES DE ¡SAN: AGUSTIN. 367 de la indignacion: del Emperador por el atenta= do de haber derribado sus Estatuas , habiéndole ei ' aquel «conflicto: desamparado todos aquellos hombres grandes ¿ilustres , de que hacia su ot- namento y gloria ; sin mas compañia y consue= lo: que-la de los pobres Monges y Hermitaños que habitaban aquellas soledades , las quales en aquella .oportunidad. desampararon por venir 4 acompañar y consolar 4 sus hermanos en el tiem- po de la tribulacion. »¿Dónde estan, exclama el, »Santo , esos hombres que afectan en su €xte- »rior y porte la gravedad de Filósofos + ¿dónde estan esos Cynicos , mas despreciables y abomi- »mables , que los animales de que toman la de - »hominacion? Todos, han desamparado vergon= »zosamente la Ciudad , y. ocultádose en cavernas » y escondijos. Solo los que manifiestan en sus »obras ser verdaderos Filósofos han parecido en »público, y presentádose,con la misma. sereni- »dad que si nada sucediera, Bien claro se vé la wvirtud de estos, y. la vanidad de aquellos, No » necesitamos de pruebas ni demostraciones. A la »yista está la diferencia entre unos y otros.” Sani Agustin acreditó lo mismo en todo el dis- curso de su vida , y mucho mas en la última cons-