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DE+SAN AGUSTIN. 345 neroso lo que se corrompe , lo admiramos aquí verificado en un sentido contrario y opuesto. Ya habiamos visto. una ¡Magdalena tan fervorosa ; y ardiente en el amor del Señor, como antes lo habia sido en el del Mundo: 4 un Pablo tan ve- hemente € irresistible en predicar el Evangelio, en anunciar á Christo, como hasta entonces lo habia sido -en perseguirle;, emulando la ob- servancia de la ley y tradiciones paternas. Hoy vemos esto mismo en Águstino, de un modo mas perceptible y abultado. No podemos negar que fue 4 costa de grandes diligencias y esfuer- zos del Señor y de su Gracia. Al modo de lo que afirma de San Pablo el Chrysóstomo, es 4 saber, que todo Christo.se empleó y apuró, di» gámoslo así, para convertirle, empeñándole, pa- ra que, como lo hizo despues, se. consumiese él tambien, se sacrificase todo entero por Chris» to; de la misma suerte, Christo y su Gracia¡em- plearon toda su virtud y actividad en convertir 4 Agustino, que en lo succesivo habia de em- plear todas las luces de su espíritu en defender= la , vindicarla € ilustrárla. ¡O y qué. campo tan inmenso se nos pre» sentaba , tan delicioso y ameno , si lós límites de un breye discurso , y el recelo de molestar TOM» 1. XX al

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