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DE LA B. MARIANA>DE JESUS, 21 nes ; en sus promesas, en sus preceptos , y en la santidad que les es consiguiente. Si Señores: el Reyno de Christo , Ó loque es lo propio la Iglesia de la nueva Ley: siempre :es la misma: su existencia , su:santidad no-está aligada á tiem- po ó siglo determinado , 4 gobierno ó policia, 4' proteccion de Potentados ,.4 leyes Ó estatu= tos , 4 corrupcion. de costumbres , 4 perversion del-espíricu humano , y 4 quanto en esta clase puede ocurrir de mas contrario y repugnante, Christo es el mismo hoy. que-ayer, dice el Apos- tol (a) + el mismo en los principios de la Igle- sia, en aquellos tiempos tan Morécientes que po- demos llamar de virtud y santidad, de magni- ficencia y gloria, que en los últimos que hacen con ellos contraposicion porel estrago y corrup- cion que domina y hace su caracter. Bien pue- den. convenir y armarse todos. los Reyes de la tierra contra el Señor; y contra el que es $uun= gido (b): bramar las Gentes; apurar todos sus se- cretos é invenciones, ya de crueldad; inhuma- nidad y fiereza, ya de dolo , malignidad y. as- tucia. Pero esto. es nada; y apenas merece com» putarse : esta es una contradiccion leve, que en vez (a) Hzebr. 13.8, (b) Psalm. 2.