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DE LA DEDICACION DEL ALTAR. 273 reverencia de los hombres «que concurren á ado- rarle : Consagrando el Cuerpo y Sangre de Chris- to en vasos que por la antigiiedad, por la ne- gligencia de los que: los manejan, por lo grose- ro de la materia , son despreciables y asquero- sos ; con deshonor de la Religion heredada de nuestros Padres y Mayores, que se distinguieron en la Piedad. y el Culto; de que son monumen- tos gloriosos, y al mismo tiempo. reprehensiones de nuestra tibieza , tantas Iglesias magníficas y esplendidamente dotadas , tantos ornamentos y riquezas , que aun no ha podido deteriorar y obscurecer la injuria de los tiempos, ni nuestro descuido y falta de Piedad. Tan. resfriada se ha- lla ésta + tan grande es la falta de Fe y de Re- ligion. Pero podemos consolarmos con que no es universal la corrupcion, así en este particular co- mo en los demas. Todavia tiene Dios, y espe: ramos conserve eternamente en nuestra Nacion, verdaderos adoradores que no doblan su rodilla á Baal, antes conseryan intacta € ¡lesa. su Fe y Religion (a). No imaginemos. ha.musrto con Abél la inocencia, con Abrahan la fe, con Joseph la castidad , con Moyses la Mansedumbre , con Elias el Zelo, con David y Salomon el Culto del ver- TOMo+ Io MM da- fa) lsai, 1. 9.