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DE LA DEDICACION DEL ALTAR, 255 mino se: dirige-la' exterior y figurátiva del. pri> mero ,-los' ritos , «ceremonias -y- preces que la simbolizan» Todo-:esto es incontextable y. cierto. Sin embargo: se echaba : de: menos el Altar material, indispensable para el- culto que prescribe la Re- ligion, y en el que ha dispuesto «el Señor se le rindan los homenages y obsequios en que tanto se agrada. Nada hacen contra-esto aquellas ver» dades eternas é inconcusas que acabamos de ex= poner. Sabemos que el culto interior y espiritual constituye la esencia y nervio de nuestra Reli= glon; mas no «por eso debe despreciarse €l visi- ble «y externo. Sabemos que el mundo y toda su extension y ámbito es del Señor (a) : que llena el Cielo y la Tierra com: sii “inmensidad : que su Sabiduría toca::con «suavidad «y fuerza de:un: ex- tremo4 otro. del Universo : quemo hay lugár dónde no vele su providencia ,:mo obre su: po- der, no puedan descender sus gracias, y subir á él nuestras oraciones. Con todo «prefiere estos Lu. gares , siéndole en ellos mas agradables nuestros obsequios. En la Gloria y Bienaventuranza que esperamos , así como veremos á Dios cara 4 ca= (a) Psalm. 23. Jerem, 2. Sap. 8.
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