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DE LA DEDICACION DEL ALTAR, 232 hacerme participante de un rayo de aquella gra- cia, de que en tanta abundancia y copia fue adornada en el primer instante de su Concep= cion. Saludemosla para obligarla con el Angel. Ave Marias. Magna erit. gloria: domus istius novissime plus + quam prime. Agg. 2+ S. arruinó el Templo, Ó el Altar de la natura- leza humana por la primera culpa. Se afeó € inha= bilitó el hombre para que Dios habitase y resi- diese en él de asiento y eternamente , segun se habia propuesto en su creacion : perdió la seme- janza con la Divinidad : de espiritual que era se hizo carnal , Ó para servirnos de frase de la Escritura, se convirtió en carne, y por lo mis- mo no pudo permanecer en él el espíritu del Señor (a). Quando mucho era peregrino Ó hues» ped, siendo precaria y expuesta 4 cada momen- to 4 perderse su presencia, No hubo excepcion alguna á esta destruccion y ruina universal, Todos desde el mayor al menor murieron : to- dos (a) Gen. cap. 6. 3.