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DE LOS DESAGRAVIOS DE CHRISTO. 213 turbar nuestra quietud; 4-ocupar alguna de nues» tras plazas para tenernos en un género. de suje- cion y' darnos la ley 5 y finalmente, ha penetra- do:en lo mas interior del Reyno , hasta su Ca- pital y centro, llevando por todas partes la de- solacion, no solo en los incendios , devastacio- nes, y demas azotes y plagas que son insepara= bles de la guerra, sino en las profanaciones, sa» etilegios:, abominacionesy: tórpezas contra la Re- “ligion y el Culto, convirtiendo las Iglesias en Es- tablos', derribando y conculcando las Imágenes, y hasta lo mas respetable -y* precioso de: la Re- ligion, que es ese Venerable y Augusto Sacra: mento del Altar; como quien no se contente «con procurar'el trastorno temporal de nuestr: Monarquia-, yarrojar del Trono al legítimo : po- -seedor:, para que le ocupase su favorecedor y alia do, baxo las condiciones y: pactos mas interesa- dos é ignominiosos, sino aspirando tambien ávin- ficionarnos con su veneno, á inspirarnos su im- “piedad “é irreligion, y hacernos semejantes á sí en los vicios y desórdenes de que han: sido víc- tima, y «baxo cuyo pesado yugo han. gemido y gemirán y hasta que el Señor , por un exceso de sus antiguas: misericordias , despues: de satisfecha su justicia y aplacada: su indignacion, se acyerde : de